Como una manera de entender los sentimientos que sentía, la artista y caricaturista Laerte Coutinho mostraba la dicotomía entre las dos mitades de una persona de género fluido en las aventuras de Héctor y Muriel, tiras cómicas que le dieron reconocimiento. Si bien en su juventud tenía miedo de sus sentimientos homosexuales, Laerte tuvo suerte en su transición y afirmo que nunca se burlaron de ella o la rechazaron. Fue una persona que encontró apoyo en su familia y que, como artista independiente, no tenía que preocuparse por ser despedida, luego de declararse travesti. Para los 60 años, Laerte decidió declararse, legalmente, como mujer, acepto ponerse implantes, pero también decidió conservar sus genitales masculinos. En el documental Laerte-se, los directores Lygia Barbosa y Eliane Brum, exploran la vida de la dibujante y activista, así como la forma en que el arte fue un conductor definitivo en su vida.
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